El Buen Gobierno Corporativo se ha convertido en una preocupación global, y en consecuencia también en un aspecto clave en la agenda corporativa de las empresas, los inversores y los reguladores.

 

El Gobierno Corporativo es un concepto abierto que implica el establecimiento de un conjunto de relaciones entre la dirección de la empresa, su consejo de administración, sus accionistas y otros actores interesados (clientes, inversores, proveedores, acreedores, empleados…). Esta práctica proporciona también, como se señala en el documento que recoge los Principios de Gobierno Corporativo de la OCDE y el G20, la estructura a través de la cual se fijan los objetivos de la sociedad y se determina la forma de alcanzarlos y supervisar su consecución.

Asimismo, toma en cuenta factores que influyen en el proceso de toma de decisiones de una empresa, como el medio ambiente, la ética empresarial o las prácticas anticorrupción. En los últimos años, el Gobierno Corporativo se ha convertido en uno de los instrumentos más efectivos para transmitir confianza a los inversores, así como para prevenir, mitigar o evitar, en la medida de lo posible, que situaciones indeseables del pasado puedan volver a producirse, proporcionando el entorno de control y equilibrio necesarios para reforzar las buenas prácticas empresariales.

De este modo, en los últimos años hemos asistido a un doble movimiento que sitúa al Gobierno Corporativo en el punto de mira:

  • La comunidad financiera en su conjunto ha aumentado la demanda de información sobre las prácticas de Gobierno Corporativo. Es un aspecto que ya no sólo se limita a la Inversión Socialmente Responsable ni a los inversores institucionales, sino que cada vez se incorpora más a los criterios de decisión de la mayor parte de los inversores. Este aumento de la demanda por parte de los inversores y accionistas está muy condicionado por el papel creciente de los proxy advisors o asesores de voto, que han impulsado, a través de la formulación de recomendaciones, una mejora de los sistemas de Gobierno Corporativo de las organizaciones.
  • A su vez, han proliferado una serie de iniciativas encaminadas a mejorar las prácticas de Gobierno Corporativo (fundamentalmente de las sociedades cotizadas) por parte de los reguladores y supervisores, cuya intensidad se ha multiplicado a partir del inicio de la crisis financiera internacional.

Los beneficios de un Buen Gobierno Corporativo

Un buen posicionamiento en Gobierno Corporativo ayuda a las empresas a proteger y crear valor porque:

  • Mejora su capacidad de acceso a financiación
  • Aumenta su valoración en el mercado
  • Fortalece su proceso de decisiones, su performance y perfil de riesgo
  • Alinea los intereses de los accionistas y de los administradores ya que facilita la relación entre ambos En definitiva, genera confianza en el mercado, los accionistas, el regulador y resto de stakeholders en el futuro a corto, medio y largo plazo de las compañías.

Claves a tener en cuenta en la gestión del Gobierno Corporativo

  1. Analizar el posicionamiento en Gobierno Corporativo
  2. Medir la efectividad de los sistemas de control interno de la organización
  3. Mejorar el reporte corporativo
  4. Evaluar el cumplimiento de los objetivos del Consejo
  5. Apoyar el desarrollo de estándares internacionales de Gobierno Corporativo.

Analizar el posicionamiento en Gobierno Corporativo

Realizar un diagnóstico de la situación actual de la empresa en materia de Gobierno Corporativo es fundamental porque contribuye a identificar las áreas de mejora que redundarán en un incremento en la capacidad de dar valor y sostenibilidad a la actividad de la compañía.

Asimismo, es garantía de resultados, transparencia y seguridad jurídica. Además, es un criterio de valoración para la comunidad financiera, un elemento clave para el regulador y el supervisor e incide en el posicionamiento público de las compañías.

En este sentido, un 97% de los inversores institucionales ha llegado a cancelar o reconsiderar una inversión ante un marco insuficiente de Gobierno Corporativo.

Medir la efectividad de los sistemas de control interno de la organización

El proceso de digitalización en el que se encuentra el mundo empresarial genera oportunidades, pero también riesgos inherentes, como la ciberdelincuencia.

El robo de datos está creciendo a la vez que la amenaza de ataques de denegación de servicio, malware y ransomware, entre otros.

Sin embargo, pese a que los miembros del Consejo de Administración y altos directivos reconocen la importancia de estar protegidos ante estas amenazas, son conscientes de que los planes de prevención y recuperación tras un ataque no están a la altura de las amenazas que representa la ciberdelincuencia.

Concretamente, el 86% de los miembros de los Consejos de Administración y altos ejecutivos considera que las medidas de ciberseguridad implementadas por sus compañías no responden a las necesidades del negocio, según el informe de EY Global Information Security Survey.

Un modelo operativo de control interno eficaz debe estar alineado con las principales normas y estándares de actuación en materia de cumplimiento normativo y gestión de riesgos basado en tres pilares:

Mejorar el reporte corporativo

El objetivo de mejorar la información corporativa de la compañía no sólo es clave para ayudar en la toma de decisiones, sino que también contribuye a aportar transparencia y poner en valor la actuación de la organización, desde una perspectiva financiera y no financiera.

A la hora de tomar decisiones, existe una tendencia creciente a tener en cuenta otro tipo de información no financiera.

Así, el estudio de EY Tomorrow’s Investors Rules 2017 concluye que el 68% de los inversores considera que la información no financiera ha tenido un papel relevante en sus decisiones de inversión en los últimos doce meses, frente al 52% registrado en 2015.

Pese a los esfuerzos que las empresas están acometiendo a la hora de aportar valor añadido en su información corporativa todavía existe margen de mejora, ya que el 60% afirma que las empresas deberían exponer mejor los riesgos medioambientales y de Gobierno Corporativo.

Además, los equipos de reporting se les demandan cada vez más detalle en la información, mayor rapidez, casi en tiempo real, así como más flexibilidad y fiabilidad.

Todo ello es crítico para una adecuada toma de decisiones.

Pero si quieren cubrir estas expectativas, es necesario transformar la forma en la que la información corporativa se desarrolla y suministra.

El 56% de los directores financieros tiene claro que el modelo de reporting es clave para aportar información de tendencia y no limitarse a informar del pasado.

Con el fin de que la información corporativa sea más ágil, los directores financieros tienen claro que debe producirse una inversión en big data, cloud computing y herramientas de visualización de datos como tecnologías prioritarias, según concluye el informe Corporate Reporting Survey de EY.

Evaluar el cumplimiento de los objetivos del Consejo

Teniendo en cuenta la trascendencia que la labor del Consejo de Administración tiene en el gobierno de la sociedad, es conveniente evaluar de forma periódica su funcionamiento y el de sus Comisiones.

En términos generales, se considera como buena práctica que esta evaluación se realice anualmente -de forma obligatoria para las sociedades cotizadas- y que se elabore un plan de acción con el fin de corregir las posibles deficiencias que se hayan detectado.

Es decir, no debe enfocarse como un mero instrumento de diagnóstico.

En este proceso de evaluación es importante considerar todos los elementos de la cadena de valor del Consejo, así como las buenas prácticas en esta materia y las expectativas de los stakeholders. Este análisis puede consistir en una autoevaluación de los propios consejeros o recurrir a expertos externos independientes.

Normalmente, la Comisión de Nombramientos es la encargada de coordinar este proceso con la ayuda del Presidente del Consejo.

El objetivo fundamental es contribuir a la mejora del funcionamiento del Consejo, sus Comisiones así como de los procesos de toma de decisiones.

Apoyar la creación de estándares internacionales de Gobierno Corporativo

El alto grado de diversificación de las empresas españolas hace necesario la estandarización de las normas en materia de Gobierno Corporativo con el fin de mejorar la eficiencia, estimular y facilitar las inversiones en el extranjero y no redundar en pérdidas de recursos.

Las áreas relacionadas con la función de reporting son, tradicionalmente, las más afectadas por esta dispersión normativa.

El 66% de los directores financieros consultados en el informe Corporate Reporting Survey 2017 de EY asegura que deben tener en cuenta al menos una decena de estándares distintos para elaborar su información corporativa.

Ante esta falta de homogeneidad, la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomienda la necesidad de que los gobiernos de los países desarrollados pacten normativas comunes en este ámbito.

Así lo puso de manifiesto su Secretario General, Angel Gurría, en el encuentro “Los retos del Gobierno Corporativo” del Global Corporation Center. Estos cambios regulatorios deberían ser consensuados con el sector privado en la búsqueda de la mayor eficiencia posible.

Evaluación enfocada a la acción, no al diagnóstico

 

Tomado de “Ocho claves a tener en cuenta en la gestión del Gobierno Corporativo” – Noviembre 2017 – Ernst & Young, S.L