La empresa familiar es el principal motor de la economía Colombiana; sin embargo, para prosperar enfrenta grandes retos y una alta mortalidad. La mayoría nace con el fin de generar trabajos y patrimonio, pero necesitan fortalecerse para sobrevivir a los retos de la industria en la que se desempeñan.
Sólo una pequeña proporción consigue llegar a la segunda generación y pasar a la siguiente. Aun así, los riesgos pueden reducirse con elementos de planeación y gestión estratégica, estructuras de gobierno corporativo y trabajadores o directivos empoderados que orienten mejores decisiones.
Institucionalización de la empresa familiar
Normalmente, cuando se trabaja en la institucionalización de una empresa familiar, la primera etapa del proyecto considera entrevistas a cada uno de los accionistas y familiares para identificar en cada uno de ellos sus expectativas y deseos, que pueden llegar a ser muy variados, tanto en lo personal como en lo empresarial.
En dicho proceso de institucionalización, es común que el fundador, desee transmitir la batuta a las siguientes generaciones, sin embargo sigue preocupado por continuar recibiendo información sobre el desempeño de la empresa para poder disfrutar, sin preocupaciones, de los frutos de un trabajo arduo por tantos años de esfuerzo. En alguna ocasión uno de ellos comentó: “Yo ya construí y trabajé lo que tenía que trabajar, ahora les toca a ellos si acaso es lo quieren”.
También existen casos en los que surge una problemática diferente, en la cual el fundador se rehúsa a soltar las riendas de la empresa y coloca una barrera en el cambio generacional.
Retos, suseción y toma de decisiones
Ahora bien, esta diferencia de perfiles, visión y necesidades, no sólo contempla a los fundadores, sino a las grandes diferencias que existen entre las siguientes generaciones implicadas, pasando por aquellos que a muy temprana edad comenzaron a involucrarse en el negocio familiar y se comprometen a verlo crecer y mejorarlo versus aquellas generaciones que no tienen interés en seguir la línea de la empresa familiar porque sus intereses personales los alientan a seguir un camino distinto al de la empresa.
Además de las diferencias generacionales que enfrenta una familia empresaria, se tienen otros retos típicos de la operación de una empresa tales como: esquemas de inversión conjuntos, volatilidad en el tipo de cambio, mejora en la calidad en el servicio, nuevas tecnologías en el mercado, capital para expansión, flujo de efectivo, etc.; en la suma de los retos familiares versus los operativos también se encuentran los lazos emocionales que pueden hacer que se pierda la imparcialidad y objetividad al momento de tomar decisiones importantes.
Modelo de gestión estratégica
A partir de los retos que enfrenta una familia empresaria, surge un modelo de gestión estratégica, el cual se convierte en una plataforma que tiene como principal objetivo crear un norte para la gestión empresarial sin poner en riesgo los resultados del negocio y el patrimonio familiar.
Dentro de sus principales responsabilidades de una familia empresaria se encuentra el gestionar lo siguiente:
- Análisis del contexto de la organización, variables políticas, económicas, sociales, tecnológicas, ambientales y legales.
- Construcción del Plan Estratégico de Negocio
- Gestión de riesgos empresariales
- Recursos, estructura, procesos, perfiles, roles y responsabilidades
- Talento humano, capacitación, gestión de competencias y desempeño
- Seguimiento, medición, análisis y mejora
- Auditoría y control interno
Un modelo de gestión estratégica permitirá a la familia no solo ver más allá de la operación diaria, sino que generará una nueva forma de administrar el patrimonio que le ha dejado sus actividades empresariales, para convertirse así en una familia empresaria, en donde los lazos familiares y los empresariales se unen para brindar un mejor mañana a todas las generaciones por venir.
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